Entre las paredes coloridas llenas de regalos, las comidas creativas van de un lado a otro: una “moqueca de palmito pupunha” con “banana da terra” para allá,  una porción de carne de sol con mantequillas de hierbas acompañada de “farofa” de maní para acá. El restaurante mantiene la identidad brasileña, con fuerte influencia nordestina, a causa de los padres de la chef Kátia Barbosa. Cuando su hija, Bianca, descubrió la gastronomía, el restaurante empezó a presentar una línea más verde. Pero la idea no es ser light, sino dar opciones a los vegetarianos manteniéndose fiel a la cocina brasileña. El próximo desafío es crear un menú infantil que siga en la línea brasileña.

– Creo que el éxito del restaurante está en la mezcla de brasilidades. –  opina Kátia.

¡Y qué éxito! Los clásicos buñuelos creados a partir de comidas brasileñas impresionan a turistas de todo el mundo. Vale la pena experimentar una porción en el jardín detrás del restaurante. La porción es R$30,00. Otras opciones son el camarón servido en calabaza y la “moquequinha” de camarón con coco verde y puré de arracacha o carne de sol con mantequilla de hierbas acompañada de “farofa” de maní y arroz. En el menú, una variedad de cervezas artesanales.