Rio de Janeiro es una ciudad famosa por sus playas urbanas, pero pocas personas saben que en la extensa costa carioca aún se conservan cuatro playas paradisíacas. Perigoso, Meio, Funda e Inferno son los nombres de las playas salvajes que se encuentran entre Grumari y Barra de Guaratiba, que por el difícil acceso, hecho solo por senderos y botes, son poco visitadas y prácticamente intactas por el hombre. Para apreciar mejor la belleza de estas playas, no olvide traer agua y algo para comer, ya que no hay lugares para comprar en el camino.

Partiendo de la calle principal de Barra de Guaratiba, y luego de un sendero moderado de caminata de aproximadamente 1h30m, llegará a Praia do Perigoso. A la derecha se encuentra Pedra da Tartaruga, el cerro encargado de separar las diminutas franjas de arena que forman estas hermosas playas. El rincón poco visitado de la ciudad es de fácil acceso, pero se recomienda ir por el sendero acompañado de guías turísticos especializados.